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DONOSTIA – ¿Cómo afronta el Hernani el inicio de liga?

–La gente ha vuelto con muchas ganas de mejorar la temporada pasada. Al final, fue una temporada muy dura y muy larga. Este año ha venido gente nueva y espero que nos dé un poco de alegría a la plantilla. Estaría bien tener un año de estabilidad deportiva, para que los jugadores se dieran cuenta de que todavía pueden hacer más. La mayoría no tienen todavía ni 25 años, son muy jóvenes, y muchos ya son titulares indiscutibles en División de Honor. Veo factible jugar la semifinal de Copa. Sería un premio para ellos. Que disfruten un poco.

¿La enfermería ya está vacía?

–A medias. Iñaki Otxotorena se operó el menisco y no podrá jugar hasta dentro de tres semanas;y Oier Garmendia se hizo daño en el tobillo la semana pasada en el partido contra el Saint Jean de Luz Olympique, pero podría jugar el domingo. Más o menos, tenemos la plantilla completa. Si podemos seguir así como mínimo hasta diciembre, podemos hacer mucho daño.

¿Ha cambiado mucho el equipo con respecto a la pasada liga?

–Hemos tenido la oportunidad de traer dos jugadores que yo conocía –Simon y Charlie Ternisien–, que jugaron en Top 14 hace unos años y en Pro D2 la temporada pasada, en Dax, y sé lo que valen. Estaban cansados del profesionalismo. Simon es muy rápido, juega de centro y es capaz de gestionar la defensa y la línea entera. Charlie es un animal. No es muy grande, pero jugaba de ocho en ProD2, imagínate. En Dax estaba jugando de segunda. Es un buen placador. Tienen 34 y 31 años. A ver si aguantan un par de temporadas. Además, hace tres semanas también hicimos el fichaje de Oskar Astarloa, un jugador muy joven –bromea–. Lo conozco de cuando jugamos en Baiona. Me llamó, me dijo que quería jugar un último año a rugby y que quería hacerlo con nosotros. Creo que es el último club vasco donde le faltaba estar. Es un tío de 44 años, pero con mucha calidad. El año pasado perdimos varios partidos por unos pocos puntos, y él sabe cómo gestionar los últimos minutos para no perder. También ha aparecido un pilier argentino, Diego Levín, y vendrá gente de las categorías inferiores y del Atlético.

Con estos refuerzos, ¿el Hernani dará más protagonismo a la delantera?

–Yo tengo mi identidad y creo que todo el mundo está dispuesto a jugar así. Hay momentos del partido en los que hay que cortar el juego y lo cortaremos, que es algo que no supimos hacer el año pasado.

¿Este año podrán contar con Igor Genua durante más partidos?

–Me echa una mano como entrenador, con Arkaitz Otaño e Igor Etxeberria. Espero que pueda jugar más con nosotros, pero es el capitán de la selección de rugby a siete.

La temporada pasada el equipo acabó penúltimo y tuvo que esperar hasta el último partido del ‘playoff’ para sellar la permanencia. ¿El objetivo será salvarse sufriendo menos que el curso pasado?

–Mucho menos. Nos gustaría encontrar un equilibrio para poder estar décimos o novenos en la liga.

¿Cuál es la fórmula del Hernani para haber sobrevivido tantos años en la máxima categoría?

–Que queremos seguir aquí. Los jugadores están dispuestos a todo. Si les digo que se tiren al río porque es bueno para ganar, lo van a hacer, y si les digo que entrenen más días, también. Esa es la fórmula. Los jugadores creen, están convencidos de que lo pueden conseguir.

El Hernani comienza la liga frente a varios equipos que teóricamente estarán en la mitad inferior de la tabla. Este domingo jugará frente al Barcelona a domicilio (12.30 horas), después recibirá al Cisneros, visitará a La Vila, y antes del primer parón, se medirá con el Burgos en Landare.

–Firmaría ganar tres de cuatro. El partido contra el Barcelona será complicado. Ha hecho bastantes fichajes. Es importante que hagamos un buen partido. Si salimos con buenas sensaciones, el equipo irá a más.

El Burgos, que ascendió al término de la pasada liga, se ha reforzado muchísimo. ¿Hay que descartarle de la lucha por la salvación?

–Han fichado un equipo entero, aunque no conozco la calidad de los jugadores. Yo metería en la lucha por la permanencia, con el Hernani, a La Vila, al Cisneros y, aunque me duela, al Gernika.